Universo

Sucedió sin darnos cuenta, estábamos conversando, se oyó un estruendo, ella agrandó los ojos ¿Qué pasa? ¡No sé! Detrás de la ventana el paisaje había desaparecido:  los árboles, la calle... Intentamos salir. Nada. La puerta no abría, ni las ventanas, ni…

El cabello cereza de mi mujer se iba volviendo blanco y su piel chocolate, agrietada. ¿El coche? ¿Dónde está el coche? Poco a poco, desaparecieron los muebles, las fotos, el tiempo, ella… Un día, me lancé al infinito y allí, reconocí el cabello cereza de Mayra. Nos abrazamos.

 Edel-Mari Pérez


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